Teniendo sed un día encontré arroyos en mi camino,
todo fue loco todo fue solo el destino.
Deje de ser el viento que volaba por praderas,
deje ser brisas de primavera, subí a lo alto forme lluvia,
caí a los suelos solo por ser un arroyo, y quedarme en sus dulzuras.
Uno me dio la risa, con monótonas y censoras brisas,
el otro me dio la vida de arroyo, como fluir, salpicar y ser pasivo y torrentoso.
nos acercamos al mar todo se nos hace rápido,
cada vez veo mas el destino, juntarnos quieren las aguas,
yo vuelvo a ser un soplido, avanzas rauda, te veo nuevamente de las alturas,
te quedas en mi mente hoy presente.
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